25 de enero de 2009

Why so serius???

Otra prueba de que morir antes de los 30's, de manera tempestuosa y con drogas de por medio, te convierte en leyenda.


¿Pensaban en el Joker?

Todos ponen el mismo... yo soy más grouppie y aquí se se ve mucho mejor.

Lecciones de lástima para novatos


Ahí va otra botella de riquísimo alcohol, prohibido, insoportable, hediondo pero excitante alcohol. Del barato, del corriente, del que arde cuando se traga, cuando se siente caer en el estómago vacío; bueno, sólo alberga las frituras que me tragué literalmente hace media hora, de ésas que anuncian en la mierdosa televisión y que prometen hacer sentir un orgasmo al momento de masticarlas y saborearlas, pero nada como el alcohol.

De momento, miré mi vieja contestadora y su molesto bip que entrecorta los mensajes, aún parece que la gente no se acostumbra a esos cachivaches modernos y la mayoría no deja mensaje, así que después me dejan a mí la friega de preguntar quién chingados llamó, o que demonios quería. Aunque reconocí la antepenúltima, era la que menos quería escuchar; para que me lamento o torturo, mejor me dejo emborrachar nuevamente.

Pasé más de 5 horas dormido desde mi último trago, tengo una perra hambre y ya es de noche; no tengo ni la más remota y estúpida idea de qué hora es, pero por el silencio que reina debe ser de madrugada. La televisión quedó pasmada en esa nueva moda de comerciales donde contratan patiños modernos y ridículos que aplauden y exclaman como idiotas ante ‘inventos’ para hacer a la gente más floja e inútil… más de lo que ya es.

Ya busqué por todo el departamento y ni pizca de comida apta para consumo, ya no importa si humano o de otra índole; mi dinero ha desaparecido o lo he guardado en el mejor escondite que se me pudo ocurrir porque no encuentro ni madres y no pienso volver a pedir fiado, no porque no quiera, sino porque ya me dijeron que ni un mugre chicle me darán hasta que no pague lo que debo; lo haría, si tuviera la más remota idea de cuánto debo.

Hace una semana que me largué de ese cuchitril de cubículo nazi que tenía por espacio de trabajo, irónicamente extraño a la pequeña pirujita de la secretaria del Godínez mierda que tenía por jefe, cuando se me acercaba a hablarme de joterías de feng shui, ¿cómo si yo carajos supiera qué madre es eso? Extraño la jeta del Godínez ojete cuando llegaba tarde, aunque el ojete no tenía ni que decirme, porque el muy ojete ojete llegaba tarde y oliendo a colonia barata y pirata, puede que el Godínez ojete hubiese sido el único que no distinguía su putrefacto aroma a mercado de quinta o décima, de un jabón de baño usado con regularidad. Sé de buena fuente que ese ojete y la pirujilla resbala-nalgas eran clientes frecuentes del hotelucho hediondo y piojoso que está a 10 minutos del trabajo, y confío en mi fuente porque la mentada fuente era yo. Cuando ví el circo que el ojete y la pirujilla montaban al entrar al hotelucho de quinta, cuando regresaba de hacer unos pagos al banco, me escondí tras un árbol, como si yo fuese un investigador de película de ficheras y observé como el Godínez ojete, le agarraba una nalga y con una sonrisa perturbadora le veía las chichis a la pirujilla, saboreándosela antes de tenerla piernas arriba y sin ropa.

Hasta me dio asco, de sólo imaginarme lo que pasaría dentro, quise vomitar, a sabiendas de que me gusta eso del porno crudo, esto rebasaba mis propios límites. Pero aunque el asco me embargara, sabía que tenía en la manga una carta fuerte y con grandes alcances. Así que mi regreso al cuchitril laboral estuvo envuelto de una especie de tragicomedia en la cual al Romeo Godínez se le caían los pantalones al saber que yo sabía de su muy romántica y sexual aventura con la Julieta secre pirujilla, así que debería pensar en mi precio al callar tan trágica y cruel verdad.

La verdad, también me daba lástima la secre pirujilla, pues yo sé de antemano que la secre es una madre soltera, de nalgas fáciles y urgida de dinero; en el fondo, pienso que eso de tener al Godínez ojete embistiéndola con fuerza ruda y babeándole todos sus recovecos, manoseándole cual albañil al póster de la vieja en cueros, no le resultaba tan agradable, pienso que más bien todo lo contrario.

Ahora, entendía de sus vacaciones, de sus días de descanso y de los múltiples retardos de la que era beneficiaria… y si ella los tenía, yo también podía; el Godínez ojete dirá.

Pero yo no contaba con que el destino es crudo e injusto con algunos, esta vez me tocó a mí; mierda y más mierda. En cambio, con el Godínez ojete no fue así, hasta la secre pirujilla tuvo su parte, aunque también fue mala jugada para ella. Ahora tendrá que hacer el oficio de manera más pública y comercial, dudo que con las referencias que ya tiene, encuentre trabajo rápidamente; pero fue enteramente su culpa, eso de cojerse a Godínez no fue a fuerzas y menos repetirlo.

En una semana, he caído muy bajo; tomar alcohol desde que amanece hasta que anochece, no he comido nada saludable desde que el Godínez ojete me despidió, tenía la firme creencia de que odiaba el cuchitril laboral, que me castraban los estúpidos del trabajo, pero los extraño, hasta el hediondo olor del baño extraño. Extraño el salir hasta las altas horas de la madrugada del trabajo, los pedidos extra – extra urgentes del Godínez ojete y sus solicitudes estúpidas de última hora. Extraño al pinche Godínez ojete; incluso Superman extraña a Lex Luthor para seguir teniendo motivación de seguir luchando, el Hombre Araña extraña al Duende Verde o al Dr. Octopus, sin ellos no hubiesen pensado en hacer películas. Todo héroe necesita un némesis.

Botella, ¿quieres ser mi archienemigo? Así esto tendrá algo de irónico y te combato a chupadas, eso ningún superhéroe lo hace, haríamos historia. Seríamos una especie de Dr. Jeckill & Mr. Hyde. Siempre quise ser Mr. Hyde.

Nadie pone en la historia que los chantajes no son buena inversión, no puedo creer que el Godínez ojete y su vieja culo aguado fueran más inteligentes que yo y aún peor, quedar bien ante la sociedad…

Botella, mejor ahórcame, córtame la garganta, total, de aquí al lunes nadie preguntará por mí, mi madre quizás llamé algo intrigada, pero siempre que oye la contestadora, cuelga despavorida antes de dejar un mensaje. El olor a muerto, se hará más fuerte al día siguiente y la vecina llamará a la policía por la pestilencia y así será mi última aparición en público.

Pero eso no es deplorable, ni deprimente. Eso es nada comparado con lo que el Godínez ojete hará. Yo simplemente fui un objeto de avaricia en su trama previamente diseñada y claro, la secre pirujilla ahora desempleada solo fue la incubadora. Eso, eso si es deplorable, deprimente y cruel.

Después de todo, no es tan mala persona, aunque fui el detonador de toda su calamidad; pero no había forma de que yo supiera lo que el Godínez ojete traía entre manos, él y su mujer cuerpo de vaca ranchera. Ni en la televisión pude haber visto, historia más cruel, deprimente y aterradora. Porque de algo si estoy seguro, tengo miedo, miedo de animales como el Godínez ojete, de su mujer cuerpo de vaca, de los Arellano Félix, de Fidel Castro, de Pinochet, de personas como yo que buscan la carroña en la desgracia de los demás… como lo fue con la secre pirujilla, que ahora que lo pienso, es la María Magdalena de esta historia, y yo el Judas que la vendió o más bien, que le trajo la desgracia a su vida; el colmo sería que el Godínez ojete fuera Jesús, aunque eso explicaría porque el mundo esta como está. Así mi desgracia tomó dimensiones bíblicas y eso ya me deprimió. El Godínez ojete no merece tanta distinción.

Pero mi avaricia, mi carroña y mi baja complacencia son lo que realmente me motivan seriamente a darme mi último minuto de vida. Y el modo menos elegante y valiente de irme es dejando una carta cobarde donde ponga que me suicido por voluntad propia, porque me lo merezco y porque le desgracié la vida a una secre pirujilla que en el fondo no es tan mala y que lo hizo por amor maternal; carajo, eso me hace aún más miserable.

Botella amiga, sería mejor que te partieras por la mitad y que una de esas mitades se encajará en la garganta godinezojetesca y le dieras muerte a ese infeliz y la otra mitad fuera directamente al culo de su mujer y la desangraras hasta que ya no tuviera vida. Ya no siento culpa de desearle la muerte a ese par de miserables; pero no me salva de mi propia lástima, eso es caer al abismo. Cuando alguien llega a sentir lástima de sí mismo, ya esta muerto.

Hasta hace una semana, pude recordar el nombre de la secre: Paloma. Lamento lo que pasó, hemosa Paloma, me he cagado sobre tu cabeza, tu cuerpo limpio de culpa, tú que solo actuaste por amor de madre, yo por miserable, por comodidad, porque no tenía nada que perder. Ahora no tengo nada, ni la más ínfima posibilidad de ser un insecto o larva en este mundo. Te deseo que tengas la fuerza para salir adelante y con justa razón, te vengues de ese par de miserables insectos. Yo te apoyo, pero ya no tengo fuerzas ni para respirar porque hasta el oxígeno me mata, no lo merezco, no merezco ni la luz del sol que se cuela por la cortina.

¿Cuánto debo tomar para quedar sin vida? O mejor aún, debo morir de hambre, de sed, de pena, de lástima; huelo a orines rancios, a culpa innegable, a estiércol, arrogancia y soberbia. Huelo a Godínez ojete, al honorable Godínez ojete.

Ojalá viniera Paloma, toda inocente, toda pena, toda enojo, ira y rencor, me encañonara y diera por fin muerte a mi existencia penosa. Pero ya no debe ser el destino más cruel con ella.

¿Que será ahora de ella? Que será ahora de ella después de que yo fui directamente a la farmacia más cercana, compré una cámara fotográfica desechable y les tomé fotos después de su visita al hotelucho, fotos en las cuales se distingue su cara de rabia, asco, dolor y pena. De sentir su cuerpo manoseado por ese marrano y regresar al cuchitril laboral como si nada. Después de que como un maldito hijo de puta, corrí hasta la oficina del Godínez ojete y le aventara a la cara las fotos y le exigiera un precio a mi silencio, beneficios extra y una que otra bonificación por la información que había recabado en esos momentos.

¿Cuál sería la cara de Paloma, después de enterarme que le había ahorrado el trabajo sucio y de pagarle a un muerto de hambre para que sacara pruebas de que ella no podía ser una madre responsable y que ante un tribunal de lo familiar le quitara la patria potestad, dejando indefensa a su hija y claro, con lo bastardo que es el padre, por unos cuantos centavos, el bastardo le cedería la tutela de la nena? ¿Qué cara tendría yo al enterarme del nombre de la nena? Carola… a la que hasta ese momento, le desgracié la existencia.

Lo que pasó después, lo que posiblemente pasará con esa nena en las manos y tutela del Godínez ojete y su inmunda esposa, son fundamento más que necesario para negarme todo tipo de enmienda y compasión; aún ahí parado ante tal mierda de humano, con mis ojos desorbitados por todo eso que mis oídos captaban, por las imágenes que pasaban ante mis ojos… Carola y Paloma son unas santas, ¿Qué demonios hice?

Ningún Dios griego, romano, antiguo, moderno, efímero, crucificado; incluso el Diablo, podrían alegar algo en mi favor; crucé esa línea entre mi avaricia, soberbia y humanidad, al vender para mi beneficio la dignidad y lo más preciado de Paloma. Peor aún, he vendido el alma de Carola a tales buitres malditos, un futuro mutilado y su alma, su gran inocencia. Tal vez, una bala o un filo portentoso sean mucho para mí… ah! Una botella atravesada en plena garganta; pero será una del alcohol más hediondo y barato que pudiese hallar.

Soy tan inmundo que ni un pinche intento por acabar con esto se ha cumplido… ya me repetí hasta el cansancio que no valgo ni madres, que soy peor que mierda, pero no tan mierda como ese Godínez ojete hediondo, inmundo, hijo de puta.

Paloma… sólo de pronunciar y pensar su nombre me hace más vil, no puedo ni respirar, mi autocomplacencia es enferma que repetir el mismo discurso otra vez me da náuseas. Y nada que pueda hacer para reparar un poco del daño que he provocado.

Carola… pobre Carola, maldito sea yo…

Y sólo tú, botella infame, eres lo único que tengo ahora en este mundo, lo único que merezco, la muerte a estas alturas incluso se da el lujo de despreciarme.

Mercado indie

A veces, la información nos llega de donde menos nos la esperamos. Partiendo de esta premisa, se me quedó grabado en el disco ROM (algo ya dañado por cierto), un proyecto interesante.


No es que me haya fascinado, pero me parece algo bueno y con una propuesta innovadora; el propósito de esta sección, es pasarles al costo aquellos proyectos (y no tanto) de los que me llegó a enterar, quién sabe cómo (por cierto) y que pudieran ser del interés de alguien (uno nunca sabe).



Unos datos sobre el proyecto: Charles Spearin salió un día de su casa en Canadá, entrevistó a toda la gente de su cuadra con una sola pregunta,


¿Qué es para tí la felicidad?


Obtuvo tantas cintas para experimentar de gente común, que se dedicó a musicalizarlas, haciéndo referencias a las notas que las voces tienen de manera natural.


Este proyecto forma parte del sello Arts&Crafts que tiene una sede aquí en México, admito que me dio curiosidad, clickeé y me llevé tremenda sorpresa... me gustó muchisímo el display!!!


Muy indie y con una variedad aceptable.



NOTA AL MARGEN: ARTS&CRAFTS ESTA EN BUSCA DE NUEVAS BANDAS, ASÍ QUE SI ESTAS BUSCANDO UN SELLO PARA PRESENTAR A TU BANDA, PROYECTO O MATERIAL MUSICAL, HAZ CLICK Y PONTE EN CONTACTO.

Do it Motown way!

Este es el año en que la Motown cumple medio siglo de hacer a los blancos cantar música negra.

Aunque tengo un blog de escaparate musical, no puedo evitar meter posts alucivos a tan delirante tema; así que, para brindarle un tono más grillero, expondré que este año es:

EL AÑO NEGRO!!!

Pero no se alarmen... la denominación sólo es una alución quizás a una profecía de nuestro siempre fiel Nostragamus.

Existe la leyenda urbana de que en los escritos de este lindo muchachito (algo paranoico a mi parecer), se encontró un texto alusivo a que cuando un Papa negro encabece la institución católica más importante del mundo, éste se acabaría...

Pues.... SURPRISE!!!

¿Qué aún lo dudan?

Pistas:
El dólar contiene la leyenda: "In God we trust" (En Dios confiamos).
Estados Unidos es la institución más sólida de la actualidad; para confirmar lo anterior, ¿cómo les cayó la crisis?
Es el tipo con el estilo mál cool del momento y,
Le encanta Motown!!!

Que por esto y aquello, aquí les proporciono sólo una pequeña muestra del legado Mo:





En Matando al DJ, podrán escuchar otros cañonazos Mo entrañables de su ególatra preferida.

16 de enero de 2009

Me amargaron el día


Hace unos minutos, mi madre al percatarse de que es viernes, me pregunta:

"Y tú, ¿Qué haces aquí?"




Quién la entiende...




Me amargaron el día


"El conocimiento es enemiga de la fe".


Bastardos!!!

Chepina e Igor


- ¿Y cuál me recomiendas?- casi le susurré al vendedor, me daba mucha pena, le pedí que mejor me atendiera una chica, pero por la mirada que me hizo, desistí de la petición. Después de una amplia demostración de modelos, formas, colores, funciones y de precios; debía tomar una decisión o la cuenta, más bien reflejaría el costo de la exposición mercantil.

-Depende de lo que estes buscando, pero en cuestión de funcionalidad y características, yo te recomiendo... Éste!!!

Abrí los ojos del tamaño de un huevo cocido, era el modelo de 20, color morado y batería recargable, 5 velocidades y 4 movimientos distintos. El precio era lo de menos.

En mi primera ida a una sex shop, compré a Igor (así lo llamo). Debo admitir que tenía mucha pena (o pudor) para entrar a un lugar así. Aunque saliendo de ese lugar corrí al OXXO más cercano y compré de esas baterías portátiles que duran, duran y duran.

No aguanté la tentación, desde que Fabricio me dejó por otra vieja (hace como 8 meses), no he tenido sexo con nadie; ni siquiera en mi imaginación. Ninfa (vaya el nombrecito que se buscó Epifanio ahora que usa tacones), me convenció y tiene razón: ya fue mucho tiempo para estar de luto.

Me subí al Chepimóvil (mi Tsuru blanco del 98), le puse las pilas necesarias y estrené a Igor. Al principio, fue algo medio incómodo y difícil de maniobrar, pero después del segundo semáforo y aspirar profundamente, Igor embonó, yo flojita y cooperando, música intensa en el radio (encontré en la guantera un cassette de Bon Jovi donde grabé Always) y el camino fue maravilloso.

Pero quizás, haya vivido los 10 minutos más ricos de toda mi vida, hasta ese momento. También es un milagro que Los 400 pueblos hayan cerrado Insurgentes y el tráfico estuviera insoportable.

Y le dí una segunda oportunidad a Igor (lo siento!)... y una tercera... la cuarta simplemente fue de pensamiento, porque entonces ya no tendría fuerza en las piernas y en los brazos para manejar; jamás había cantado con tanta emoción canciones de Bon Jovi... Ni de haber fingido un orgasmo.

Desde ese día hasta la fecha, ruego que haya una manifestación, un paro o una peregrinación para poner de nuevo ese viejo cassette de Bon Jovi, sacar las pilas que duran, duran y duran y sacar a pasear a Igor.

Hace mucho que no me acuerdo de Fabricio, sólo cuando en medio de un orgasmo grito:

-Fabricio... Eres un pendejo, no soy FRÍGIDAAAAAAAAAHHHHHHH!!!!!!!!!!!



¿Por qué rayos, los hombres siempre dicen que una es frígida cuando queremos platicar con ellos acerca del sexo?

Hasta el momento, Igor y yo tenemos una relación abierta y una excelente comunicación; ni es celoso... ni infiel.

15 de enero de 2009

Palabras sucias


Suponemos, para nuestro alivio interno, que todos contamos con un lado oscuro; uno que, en el mejor de los casos, pocos conocen...

La palabra placer toma tantos rumbos en la mente humana, que es casi imposible englobar todos sus posibles significados, tendencias, satisfactores y escapes. En un estado sublime emocional, necesitamos de algún motor turbio para sentir esa culpa inocente de saber que lo que se hace no es algo de lo que podamos hablar a viva voz.

Quedar en un simple acto individual, pierde toda validez para cumplir una penitencia autoadquirida. Es como querer establecer los límites entre infidelidad y libertinaje, es algo tan relativo y complicado, que terminas pensando que entre placer y culpa debe haber una reciprocidad.

Las reglas del juego son algo completamente desvirtuado, aun en un acuerdo pactado con anterioridad, alguien termina rompiendo las reglas, invariablemente. Entonces las palabras toman otro rumbo, otra filosofía, otra intención...

Justo en estos momentos, he detectado que he creado una adicción, una sutil adicción con una persona en especial (este caso aplique a muchos quizás), existe esa reciprocidad de respuesta (de mucho placer y extinta culpa) que sólo obtienes con contadas mentes, porque es básicamente un juego mental el que practicamos cínicamente.

Podría pensarse (o yo pensaba) que el juego del poder era básico para elevar la líbido; en este juego, el poder no es problema, no es tema de discusión, si lo quiero lo tengo, si no, no tiene la menor importancia.

El punto está que entre las palabras y frases 'sucias' que pocas veces solemos aceptar en un entorno íntimo, cerrado, a tientas; se vuelven un detonante erótico aún sin utilizarlas. Las miradas se posicionan de la palabra, la actitud de los personajes y los gemidos de los hilos conductores.

Eso suena bien, si la práctica es física... pero, ¿A través de una cámara, descripciones escritas, fotos vía mensaje por celular?

¿Esto facilita compartir fantasías? En este punto, yo quiero tener mis fantasías con él (y él sabe cuales son ampliamente) y en este justo momento, le estoy narrando una más... una que ya me elevó la temperatura y excita mi imaginación.

Pero eso es entre nosotros. Otros, quieren traspasar los límites que por maldad del destino se les imponen; la pregunta es si la pasión logra traspasarlos, ese temor a idealizar y terminar defraudado... al carajo! Placer es placer.

Las palabras sucias se transgiversan ante: putas, cojones, penes, perras, lo de menos es aplicarlas porque ante: amor, quiero, corazón, deseo, por favor... no se sabe en qué momento se perdió el control (pero yo no tengo ese problema... aún).

Sin embargo, las distancias son inexistentes, los tiempos relativos, las imágenes vívidas y las verdades a medias (TODOS solemos promocionar nuestro lado mejorcito y medio decente), así que estando en México, Jordania, París o Timbuctú, lo de menos es aplicar palabras sucias... ¿A cuáles perdón?

Y si, sólo espero a que se conecte para echar a volar mi imaginación, él lo hace con el mismo pretexto (aunque siempre, invariablemente, este ocupado con su trabajo y ése es otro ingrediente excitante para mí); aún nuestro soundtrack es sobre: Los Calientes...

Para algunos pasó a: Iris...

Otros, se fueron al carajo y terminó en: Puta desagradecida.

14 de enero de 2009

Mercado indie

Uno de los muchos placeres que disfruto con singular alevosía y gula, es la música.

Para algunos, soy una prepotente y arrogante a la hora de dar mi veredicto a algún proyecto musical; sin embargo, cuando una banda, un artista o un proyecto tiene ese encanto que simplemente hipnotiza, gusta, sorprende o emociona, vale la pena promocionarlo.

Admito que mis gustos musicales son algo especiales, pero esta banda en especial, tiene tiempo que la conocí y recuerdo que fue una de esas veces en las cuales piensas que el esfuerzo queda en circuitos de bares y ya; afortunadamente pinta para algo mucho mejor.

Denle una oportunidad y escuchénlos; a mí me sorprendieron sobremanera, suenan muy muy bien:


Mi pregunta grouppie: ¿Es mi imaginación o Daniel Martínez (vocalista) suena casi idéntico al vocalista del desaparecido grupo Crista Galli (noventerísimo)?





Recomendación: El banner es del Myspace del grupo, chequen las primeras 3 rolas del display.

13 de enero de 2009

Sin embargo, ser Layla es ser Layla

Mientras escribía el post anterior, me quedé pensando (de forma muy morbosa, en realidad), todo ese disparate Harrison - Clapton, al punto de que recordé tres cosas:

-My guitar gentle weeps, tuvo la colaboración de Clapton y se convirtió en uno de los riffs más célebres del rock.

-La mejor versión de Layla (a mi parecer) es la realizada en el Rainbow Concert, y es una de las pocas rolas que tiene las mejores colaboraciones que pueden imaginarse, desde el genial Clapton, hasta Jimmy Page; pasando por toda la matrícula rockera de los años 70's (entre los que se pueden mencionar al genio Who Pete Towshend, al genio poco reconocido Jeff Beck y otros que la verdad mejor ni mencionar para no olvidar a ninguno).

-Demonios!!! Es de mis rolas preferidas, de mis riffs favoritos y como carajos no desear haber sido la inspiración de tan tamaña rola.

Deleiten sus oídos:

12 de enero de 2009

El honor de apodarte Yoko Ono

Yo sé que tengo una aguda debilidad por los músicos; tienen ese olor a prohibido, a salvaje, a grouppies agarrandándoles la pierna o las nalgas...

Tienen olor a infidelidad y fobia a compromiso, pero algo tienen que por lo menos, a mí se me pegan como moscas; aclaro que sin quererlo.

Pero eso de tener una relación con un cuate que tiene entre las manos algo más que una nena gritándole lo sexy que se ve en el escenario, pocas veces termina bien...

Entrada en el tema, la verdad es difícil decir que instrumento excita más, si la guitarra, que si la batería, el bajo, los teclados, el vocalista (siempre y cuando cante bien o de menos entonado). El punto es que, el simple hecho de saber que tienes entre tus brazos al objeto del deseo de más de una escuincla gritando, el ego te crece exponencialmente. Más cuando, mi modestia es casi nula, pudiese armar una banda con todos mis ex novios musicos (jajajaja! obvio tenía que decirlo), en realidad todos tienen un encanto único y especial.

Pero, de que te apoden la Yoko, que oigas que digan entre dientes: ahí viene la Yoko... eso ya es otro rollo.

Para todas aquellas féminas que se sientan en las nubes por ser apodadas con tan reconocido nombre, creánme!, es todo menos un halago y es cuando hay que sacar la garra ante los nenes que protegen o adornan a nuestro intento de rockstar (a menos de que sea Jack White, AXL Rose o de a jodida Rocco de la Maldita -si me la jale, perdonen, pero hay peores-):

Primer caso: LAYLA

George Harrison y Eric Clapton, en sus años mozos eran amigos, bueno, casi hermanos del alma; se sabe que Harrison es igual de bélico que la Madre Teresa de Calcuta, es decir, entre menos fregadazos mejor y su historial musical nos viene guango cuando sabemos hasta el hartazgo quién es el mozalbete éste.

Por su lado, Clapton es reconocido por su genialidad ante la guitarra y las composiciones más dolidas dentro del universo rockero. Su adicción a las drogas más divertidas y sus múltiples enemistades en el mundo musical son harto conocidas, además de sus múltiples concubinas; es el ejemplo de mastodonte que aún casado, tenía amoríos con sus fans y hasta les producía discos que invariablemente son buenos (ahí está la Sheryl Crowl para que les aclaren todas sus dudas y el hitazo de If it makes you happy fue enteramente producción del gigoló); pero aún con todo esto, es de mis ídolos.

Bueno, el punto está en que Harrison tiene una novia bellísima (considerada como su primer amor): Patricia Lloyd; novia que el hermano del alma Clapton se echó al plato... se la echó al plato!!!

Aún siendo la novia del Beatle, es más, era su prometida, Clapton tuvo la puntada comiquísima de componerle la rolota: Layla.

Pero, por qué no ponerle Paty? Porque entonces, hubiese sido el colmo... nomás pasó que Harrison rompió con ella y ella terminó a su vez, casada con Clapton y duraron pocos años enamoradísimos, hasta que apareció otra en escena. Pero esa, ya es otra historia.

Segundo caso: STEVIE

Érase una vez que estaba un grupo genial llamado: Fleetwood Mac. La ventaja aquí es que la unión que tenían era simplemente la música, nadie era tan amigo del otro, pero Lindsey Buckingham - Stevie Nicks y John - Christine McVie, eran las parejas del grupo; Mick Fleetwood, cosa interesante, estaba casado con la hermana de Patricia Lloyd (si la mencionada anteriormente... jijijiji!).

Stevie era la vocalista oficial, fue poco a poco posicionándose como pieza clave para el grupo, cosa que a los McVie, sobre todo Christine, fue causa de gran tensión. Se cuenta que Stevie fue cayendo más y más en el horror de las drogas hasta que la cocaína era un adorno indispensable para ella. Pero jamás se negará que es poseedora de una extraordinaria belleza y de eso estaba completamente seguro Lindsey... igual pensaba Mick.

Si la tensión entre giras, drogas, matrimonios fracturados y celos no eran suficientes, Stevie tuvo un amorío con Mick!!!

De ahí en adelante, las disputas del grupo se daban mediante las canciones, por mencionar algunas: Dreams, Tellin' lies, Sara, son dedicadas a ellos mismos; dando así como resultado un tortuoso matrimonio musical con soundtrack incluído, así para saber que reclamo se hacían, basta con escuchar detenidamente las canciones y saber a qué se referían.

Tiempo después, Lindsey y Mick, ahora medio calmados, dieron a la posteridad una de las fotos más representativas del desaparecido grupo: Los dos vestidos listos para ir al altar.

Stevie, por su lado, escribió una de las canciones insignias del movimiento femenino rockero (100% sexual, con olor a pollito puberto y hasta virgen): Edge of seventeen. Posicionándola como ícono de finales de los 70's y principios de los 80's y que sin ella Fleetwood Mac, simplemente no funciona.

Tercer caso: YOKO

No sé si sea realmente necesario exponer este caso... a grandes rasgos, gracias a esta mujer de extrema belleza exótica (¿?) fue la culpable de que Juanito Lennon les dijera gracias y pasen por su globo al resto de los escarabajos, en lo que probablemente sería su fase máxima musical.

Paul, literalmente la odiaba, pero como John era su amiguísimo del alma, tuvo que soportarla y hasta componerle una rola con cierto mensaje subliminal, que ni funcionó.

Y todo para que, en diciembre del 80, Lennon fuera asesinado y diera por perdida toda esperanza de que los Beatles se volvieran a juntar y probablemente hacer algo.


Así que, si después de esto, aún sientes que el apodarte Yoko es un halago... amiga mía, queridísima hermana del alma, entonces eres una vieja destruye bandas.

10 de enero de 2009

Naturaleza muerta


Una de las pláticas recurrentes que tenemos las mujeres cuando nos juntamos, es siempre la actualización de la vida de los conocidos comunes; debo admitir que la información que en esas pláticas se cuela es realmente interesante...

Incluso, temas que no deberíamos tocar son más que expuestos ante el concilio y discutido en forma amplia; los códigos (este tema siempre me causa ansiedad y quizás, arme un par de posts al respecto) que entre mujeres tenemos, nos dictan de manera inconsciente o muy consciente que cuando alguien toma un tema, se necesitan respuestas, interpretaciones y variedad de simbolismos para explicarnos o quitarnos de encima la duda.

Entre ellos, uno que podría jurar, nunca falta, es el trillado tema de la infidelidad. Existen varias posturas al respecto porque, invariablemente, somos parte de eso en cualquiera de sus participantes: víctima, víctimario y testigo; habrá quien pueda hablar en todos los casos, pero eso ya no debe ser un tema que espante, por el contrario, siempre sabremos de alguien que pase, pasó o intente ser parte de una historia así.

La historia que fue expuesta bajo circunstancias de: ¿Ya supieron lo de Fulanita?

Esa es por lo general, la gota que derrama el vaso para profundizar en el tema, la historia en realidad no tiene mucho de relevante, pues como en la mayoría de los casos, es la infidelidad masculina la principal sospechosa.

Más de lo que me hubiese imaginado, el debate fue alargándose de manera tediosa, diciendo lo mismo una y otra vez; por lo general, las excusas que evidencian una infidelidad, caen en los parámetros inconfundibles de un hombre (suelen ser muy obvios). Por momentos, estuve muy tentada a ser partícipe de tan airosa discusión, tomando parte como si la afectada, por el simple hecho de ser mujer, también lo fuese yo; hubiera sido un error, porque fue cuando, tuve una especie de viaje interestelar en donde el tiempo fue simplemente un asunto nominal.

Sucede que, es totalmente comprensible que como personas emocionalmente activas, busquemos el apoyo de los nuestros y ante el juicio del comportamiento de nuestros opuestos naturales, siempre tiremos golpes bajos que, por cuestiones que no expondré, usualmente el victimario jamás se imagina.

El precio de la ofensa es potencialmente proporcional a la humillación pública entre iguales... así, armar la historia sólo queda como mera referencia, ja!

Como es de suponerse, la plática quedó en un debate tragicómico, llevado a la conclusión de para que estar con alguien que no te merece y las múltiples opciones para remediar dicha situación, porque en eso, las mujeres nos pulimos para dar soluciones viables (y no tan) a cualquier tipo de situación, ya que psicológicamente empatizamos emocionalmente, cosa que nos hace multidisciplinarias y un largo (castrante) etcétera...

Admito que muchas veces, me he preguntado porque hay personas que sin conocerme a fondo, adquieren una confianza incómoda y exponen sus situaciones sin recato... como si tuviera todas las respuestas y no tuviera problemas propios.

Existen reportes que fundamentan que a muchas prostitutas reciben gratificaciones extras si sus clientes gozan de unos minutos de su audiencia para desahogarse, por lo general, siempre terminan escuchando una y otra vez, las múltiples quejas hacia la esposa, los hijos, las deudas económicas y el rechazo de los demás.

Podría juzgar ese tipo de comportamientos, pero es algo que pierde objetividad cuando se piensa con todo menos con cabeza fría. Es cierto que la vida en pareja debe ser de lo más difícil, combatir la rutina de los años y el complejo juego de la convivencia, complementan un campo minado a punto de explotar; pero eso, pocas personas lo tienen presente y sobre todo, aprenden y luchan por lidiar contra esos fantasmas en conjunto.

Debe ser esa una de las causas por las cuales a los hombres les cuesta comprometerse y a las mujeres dejar de pensar (y sentir) que sin un hombre al lado, no somos tomadas en cuenta en la sociedad. Porque eso si, nuestra sociedad está igual de evolucionada que un cavernícola.

Lo cierto, es que la naturaleza de los hombres y las mujeres se comportan distinto: un hombre se comportará ante la acción de infidelidad como un instinto animal (o instinto básico), cosa que no lo exime de que bien podría aprender a controlar sus instintos básicos; la mujer como una ruptura de lazos emocionales que comprometen su integridad como persona o para ponerle más elegante: la infidelidad corresponde para la mujer como un comportamiento intelectual consciente, el que involucre sus emociones es proporcional al placer masculino de una masturbación realizada.

Otra cosa que es constante:

Los hombres siempre querrán hacer pública su infidelidad ante los demás para elevar su ego, por lo que descubrir que son infieles resulta un juego simple y sin chiste, son tan obvios que es más fácil darse por idiota que reclamar.

Las mujeres, en cambio, siempre tendrán un motivo para reírse a solas... ja!

2 de enero de 2009

Adicción sádica

Me daba pena, para qué voy a negarlo. Esa pinta de niña buena, no me queda. Las mejillas no se me sonrojan por lo inocente, sino porque mi mente viajó más rápido que la luz y sólo lo vi aparecer en el sitio pactado y ya mi cuerpo estaba estremecido.

No hablaré de mis piernas y mis senos porque esas imágenes se las saben de sobra y volverlas a describir, es mera terquedad. Su silueta no era impresionante, pero me impresionaba; era una de esas visiones que solo le pasan a la chica de a lado, la que se sienta delante de tu pupitre y es la que recibe los papelitos de pseudos Romeos imberbes del colegio (y que apenas les salen tres pelos en la cola y se sienten galanes de telenovela barata); a la que usa los tacones, viste falda y el pelo se le mueve como seda en el viento, incluso piensas que la mocosa con imagen de perfecta candidata a la estatuilla de la Madre Teresa de Calcuta, podría tener más posibilidades que tú.

No es una posición de baja autoestima, aunque el panorama indique esa dirección; no, simplemente que cuando una sabe que no es del estilo “quiero ser Britney Spears por 5 minutos” y más bien le tendemos a la de la prima de la amiga del cuñado del tío del cuate de la mamá de quien sabe que monigote (o en otras palabras: igual y ni se acuerdan de tu nombre pero recuerdan que te vieron quien sabe dónde), tenemos presente que pocas veces ‘alguien’ con la pinta de este personaje, es raro ver su nombre figurar en nuestra agenda, celular o círculo de amigos; seamos honestos, pocas veces nos vemos inmiscuidos en ese selectísimo y elitista grupillo de “nos ven sin que lo queramos” y que cuando pasa, simplemente no sabes que hacer.

En este punto, todo suena como guión trilladísimo de programa juvenil pueril que alguna vez nos pasamos viendo, cual penitencia cumplida por empezar a descubrir que las masturbaciones (femeninas y masculinas) son un placer a escondidas y nos pasábamos platicando y poniendo al tanto al día siguiente en el colegio; seguro seríamos la chica o chico nuevo del pueblo, a la usanza de pantalones aguados y playera verde perico con la leyenda de perdedor o promocionando algún aparatejo ferretero, que manejamos un cachivache de hojalata deformada color oxidado y que siempre, sin faltar a tal principio, estaba la chica con imagen perfecta o el clásico atleta guapísimo y súper moderno, dos escalones menos del nombramiento de deidad juvenil, que nos robaban el aliento (era condición que aún sin caer en la categoría de hetero u homosexual, suspirábamos ante el caminar y meneo de ambos especimenes y eso era indispensable para que lo demás, en cierto punto, tuviera una justificante para que todo alrededor existiera, incluso nosotros) y nos hicieran sufrir porque en la vida (¡EN LA VIDA!) se fijarían en nosotros… a menos que un prestigiadísimo y famosísimo grupo de diseñadores de imagen, patrocinadores vanguardistas, un vehículo de moda color rojo ‘te veo a 3 kilómetros’, la trama a punto de clímax y una audiencia hambrienta de problemas siempre conocidos pero muy dramáticos, nos convirtieran en la Cenicienta o Romeo Montesco que aparece en el baile de graduación y por lo general es elegido como: LA REINA o EL REY del baile (no sé de dónde sacamos que en todas las escuelas dignas, debe tener un baile con un tema que siempre terminaba más meloso que Titanic) y el aspirante a deidad griega, romana o popular se enamore perdidamente de nosotros y obvio, con un muy, muy feliz final (éste por cierto, se entendía que rayaba en lo ridículamente inmaculado y perfectamente objetivo para cualquier mortal que tenía que conformarse con solo ser extra en tan emotivo acontecimiento).

Bueno, a ese nivel me encontraba en ese preciso instante… y cual comedia juvenil pueril, yo era la Cenicienta de este guión.

Y él, el casi deidad estaba a punto de tomarme por la cintura y plantarme un beso de ensueño y decirme con su melodiosa voz:

-“¡Hola hermosa!”

-Acompáñame a recoger un libro
-Hooola! ¿Cómo estás? Yo bien y tú? ¡Hay que rico beso!- claro, mi mirada estupefacta al instante.

El beso fue casi obligado y el idílico episodio sólo se quedó en episodio.

Pero ni él ni yo tenemos la culpa de que se crea que todo pudiera ser como en las comedias de televisión. No me quedó más que acompañarlo hasta donde le dio la gana; habló como siempre de él, que si él esto que si él lo otro, que si fulano que si sutano, dando como entendido que yo sabía a quien se refería.

Tampoco es que yo espere una casi relación perfecta, porque ese no es mi estilo; incluso la líbido pudiera tener la culpa, porque no puedo dejar de mirarlo, de tocarlo y de desear fervientemente hacerlo mío una y otra vez, constantemente, impúdicamente, donde fuera.

Tampoco, tiene la culpa la madre naturaleza, porque lo hizo justo como siempre lo hubiese deseado, de los pies a la cabeza; aunque hay ciertos detalles que tendría que tratar con el fabricante.

Puedo hasta pasar por alto aquello de que hay un roto para un caliente (premisa siempre peligrosa pero cierta)… nada en ese momento podría ni justificar ni explicar el por qué me muero por estar con él.

Pero allá yo, que ya sé de antemano cómo terminará todo esto; eso es lo seguro, se que terminaré dolida, llorando amargamente pero ahí estaba yo, incluso soportando este tipo de situaciones que sólo yo y quizás mi amiga de años sabemos reconocer antes de que pasen. El colmo es que se qué pasará y me vale un comino; para terminar rápido, ahí estaba yo.

Y me ha dado por ser sádica, creo (claro que después de que Tarantino nos presentó esa peculiar definición para sadismo, yo estoy en pañales y en términos prácticos: soy una mojigata), porque incluso me doy cuenta de sus cuentos, de sus mentiras, de sus historias de vaqueros, de su mitomanía; cree que me las creo sin pestañear, el muy pobrecito! Hasta ternura me da, sólo me pregunto si yo también me daré ternura cuando me encuentre al lado del teléfono, llorando cual novia de pueblo dejada ante el altar (pero aún no pienso llegar al altar…); ahí estoy yo, oyendo todas y cada una de esas enmarañadas historias, sin interrumpir, sin decir una sola palabra y mirándolo fijamente, clavando mis pupilas en sus ojos que no me sostienen la mirada, en sus labios que humedece sádicamente cada que se percata de mi ojos perdidos en ellos, en los ademanes que hace con las manos para hacer aún más evidente su aplicación de recursos teatrales y darle mayor realismo a sus relatos, el muy pobrecito!

Le gusta el público cautivo, no se siente incómodo de verme sentada frente a él, admirándolo; incluso sabe de las chicas que han pasado a nuestro lado que le han mirado con coquetería descarada y nada las detiene, camina a mi lado como si fuera un conocido o amigo que nos encontramos por la calle y estamos poniéndonos al tanto; peor aún si yo no le puedo reclamar o hacer una escenita de celos, pues le sentencié desde un principio que no somos nada, simplemente nos estábamos tratando (pero de llevármelo a la cama, al muy pobrecito!)… así que las zorras callejeras (porque estaban en la calle) no tenían ningún impedimento en alimentarle y engrosarle el ego.

La verdadera jugada sería saber si él se traga el cuento de que yo me trago sus cuentos con el solo fin de llevármelo a la cama; eso en realidad es muy fácil (el llevármelo a la cama), porque no conozco a un tipo que se nieguen ante tal petición y los que lo hacen son gays o están en proceso de asimilar la propuesta y aceptar, pero siempre caen. Y eso en pocas palabras, es aburrido; así que decidí llevármelo a la cama, haciéndole creer que es él quién me llevará, haciéndome pasar por la niña inocente que no se sabe el jueguito.

No sé que tan agudo sea el complejo de cazadores que tienen los hombres ante una mujer, ni cual sea el ímpetu de competencia entre ellos; lo que si sé y lo tengo ampliamente comprobado, es el afán de no dejar títere con cabeza, de engrosar la lista de cogidas sin compromiso y demostrar que son todos unos: todas-puedo o todas-mías.

Para que me hago la que no sabe, si así son las cosas; raras veces, muy rara veces, un hombre realmente se compromete y sólo vive y lo hace con una sola mujer, pero según se vea, bastará con darle tiempo para que caiga en la categoría de los indecisos que aún asimilan el proceso o en que salgan del clóset.

Y creo que debería sentirme mal, porque existe eso del karma, del que no hagas lo que no te gustaría que te hicieran y miles de limitantes sociales que están tan de moda hoy en día dentro de una sociedad algo decadente. Pero como que no le tomo tanta importancia, como para qué? Si de un modo u otro, siempre nos vemos con el fantasma de la promiscuidad de la pareja o la propia, o de menos, con la duda; y habrá quien no sepa justificar que la una no es tan grave como la otra, sino que la otra es lo que más duele y decepciona aunque sea verdad o mentira.

Porque además de todo, no cree que me doy cuenta de los mensajes que recibe y me oculta como si fueran las coordenadas del submarino que tiene que asaltar James Bond; de que evita el contacto estrecho conmigo para no terminar oliendo a perfume femenino, o de menos, que lo manche de maquillaje. Pero me hago la desentendida, la inocente o la pendeja, para que no se ofenda… el muy pobrecito!

Después de unas horas, de estar endulzándome el oído, ha decidido que la cita se dé por terminada, porque él tiene que irse y el camino le es largo; claro, yo tengo que arreglármelas para regresar a mi casa porque ni de chiste me acompañará. Queda en llamarme luego, aunque su luego sea de semanas o meses, según se le antoje o la otra de la otra y la otra o la buena tenga un compromiso y lo dejen solito. Pero ni me siento mal (de momento) porque igual y le ando marcando a mi ex, que seguro ya tendrá otra víctima de sus poesías y canciones de protesta, a ver si no se le antoja un café o el recuerdo de nuestros días pasados.

Así, ni el muy pobrecito ni yo, tenemos tiempo para tener de que platicar la próxima vez que nos veamos. Lo malo del asunto, es que no me puedo quitar de la mente su imagen y el antojo que le tengo. Ni modo, una también siente pero como debo ser una niña buena tengo que aguantarme y esperar a que el muy pobrecito se decida a pedirme que nos vayamos a un hotel de paso a pasarla de lujo (pero del dicho al hecho) y seguro tendré que cooperarle porque las otras y la buena, le recortan el efectivo para lucirse conmigo y comprar más condones, porque será todo lo que quieran pero es responsable con su sexualidad; que le vamos a hacer, el muy pobrecito se preocupa por todas!

Y algunas veces, me resulta aburrido, otras interesante, otras me fastidia y otras más, me harta o simplemente me excita, pero no puedo negar que esos zapatitos, para que estén debajo de mi cama.

Ya no sé si soy una mojigata, una sádica o una pendeja, por seguirle el juego, por jugar conmigo o pretender que aquí nadie sabe nada y seguimos con el jueguito; lo malo sería que yo fuese la buena, que él viva y se comprometa conmigo y no sea gay.

Peor aún, que sea él quien esté pensando en el altar y yo sólo en engrosar la lista y mi ego… el muy pobrecito!

La segunda puñalada

Ya me harté de escribir bonito, de hacer escritura fluida y poco comprometedora; era una fase nice y algo ligera, lo admito; incluso volví a leer varios de esos posts, algunos son muy buenos y otros, pueden ser buenos ejercicios de escritura.

Decidí, comenzar desde otro lado; quiénes tuvieron la culpa: Lucía Ge y Paula la malvada. Me sentí enteramente identificada con su estilo, dentro del mismo ámbito si quieren, pero tienen eso que de un modo u otro, me hizo hacerme adicta a sus sites y devorarlos ante el paso de los días.

Tenían ese entrevelo que se identifica sólo si sabes por donde van sus palabras, los parafraseos y esas imágenes tan emotiva o ingeniosamente descritas. Ahí fue cuando yo me dije: si sigo escribiendo como para agradar a los demás, me lleva la fregada.

Y sí!, escribía con cierto sabor a ajeno, a complaciente y como alguna vez le escuché a un amigo citar a un autor (porque la frase es buena como para que él la armara, en realidad si puede ser posible; él me dijo que lo había leído, en realidad):

“Todos debemos tener una alarma antimierda.”

Creo que esa alarmita me sonó pero, uno nunca deja de ser un poco autocomplaciente y pasa más de una vez que la ignoramos. No es culpa mía, sólo era el afán de un ego por hacerse notar (nótese la cínica inclinación a la autodisculpa psicológica de todo lobo estepario), de esos impulsos que uno no sabe si controlar o si debe controlar.

Hubo muchas veces, que me topé con el: no pretendo ser blablabla… señal más que clara de que pretendemos indiscriminada, arbitraria, anárquica, cruel y estúpidamente ser pretenciosos como si eso nos diera un estilo beat ante los demás (y conste que la libre redundancia es necesaria y aclara un poco más lo pretencioso que uno suele ser en sus opiniones, así como el uso de un lenguaje más elaborado… según sea la intención y el grado de presuntuosidad que quieran imprimirle); ya sabrán entonces que me ahorraré ese cliché (o porque ya se dio a entender y lo saben).

Podría ser que como una recién etiquetada hypster, tenga mi lado kitsch y empiece a pretender, pero que se le va a hacer; si el requisito era tener humanos perfectos, alguien está poco capacitado para el puesto de supervisión y calidad, porque nos colamos bastantes por el filtro.

Algo que no puedo prometer, es cuánto dure este lapso de inspiración, al cual no le pondré nombre (los asuntos nominales me han causado problemas últimamente), así que tendrán que echar a volar su imaginación.

No esperen encontrar cosas lindas, cursis, melosas y llenas de buena vibra; porque el asunto de ser una persona políticamente correcta me fastidio, me dio cosas buenas pero ya basta! Aquí no debe haber modelos sociales aceptables, sino una referencia menos complaciente y sonora un poco más cruda (cru-da… tiene ese sonido pastoso con encanto, una de esas palabras que describen perfecto a lo que hace referencia); porque hoy en día, algunas personas nos hemos fastidiado de esas historias en las que siempre hay una lucha entre el bien y el mal, donde hay un héroe o una heroína (bueh!, siempre y cuando ésta última sea de carne y hueso, la otra aunada a un héroe, automáticamente lo descalifica para la lista de los hombres más sexies en la revistucha People) y un final feliz; que el villano siempre pierde o se lo lleva la fregada…

Aunque lo único rescatable de todo eso, sea que siempre guardan implícitamente un dejo de esperanza que hace a cualquier historia interesante después de todo, aunque el final no sea predecible o todo lo contrario. A veces creo que buscamos esas historias para recordarnos que las cosas podrían ir peor y que en realidad Julia Roberts pudiese desear más ser la prostituta que se levantan en Los Ángeles a terminar como la dama de sociedad que pasea frígidamente por el Rodeo Drive.

Quizás en cierto grado, yo deseo ser más la malayerba del cuento que la consentida del profesor.