12 de enero de 2009

El honor de apodarte Yoko Ono

Yo sé que tengo una aguda debilidad por los músicos; tienen ese olor a prohibido, a salvaje, a grouppies agarrandándoles la pierna o las nalgas...

Tienen olor a infidelidad y fobia a compromiso, pero algo tienen que por lo menos, a mí se me pegan como moscas; aclaro que sin quererlo.

Pero eso de tener una relación con un cuate que tiene entre las manos algo más que una nena gritándole lo sexy que se ve en el escenario, pocas veces termina bien...

Entrada en el tema, la verdad es difícil decir que instrumento excita más, si la guitarra, que si la batería, el bajo, los teclados, el vocalista (siempre y cuando cante bien o de menos entonado). El punto es que, el simple hecho de saber que tienes entre tus brazos al objeto del deseo de más de una escuincla gritando, el ego te crece exponencialmente. Más cuando, mi modestia es casi nula, pudiese armar una banda con todos mis ex novios musicos (jajajaja! obvio tenía que decirlo), en realidad todos tienen un encanto único y especial.

Pero, de que te apoden la Yoko, que oigas que digan entre dientes: ahí viene la Yoko... eso ya es otro rollo.

Para todas aquellas féminas que se sientan en las nubes por ser apodadas con tan reconocido nombre, creánme!, es todo menos un halago y es cuando hay que sacar la garra ante los nenes que protegen o adornan a nuestro intento de rockstar (a menos de que sea Jack White, AXL Rose o de a jodida Rocco de la Maldita -si me la jale, perdonen, pero hay peores-):

Primer caso: LAYLA

George Harrison y Eric Clapton, en sus años mozos eran amigos, bueno, casi hermanos del alma; se sabe que Harrison es igual de bélico que la Madre Teresa de Calcuta, es decir, entre menos fregadazos mejor y su historial musical nos viene guango cuando sabemos hasta el hartazgo quién es el mozalbete éste.

Por su lado, Clapton es reconocido por su genialidad ante la guitarra y las composiciones más dolidas dentro del universo rockero. Su adicción a las drogas más divertidas y sus múltiples enemistades en el mundo musical son harto conocidas, además de sus múltiples concubinas; es el ejemplo de mastodonte que aún casado, tenía amoríos con sus fans y hasta les producía discos que invariablemente son buenos (ahí está la Sheryl Crowl para que les aclaren todas sus dudas y el hitazo de If it makes you happy fue enteramente producción del gigoló); pero aún con todo esto, es de mis ídolos.

Bueno, el punto está en que Harrison tiene una novia bellísima (considerada como su primer amor): Patricia Lloyd; novia que el hermano del alma Clapton se echó al plato... se la echó al plato!!!

Aún siendo la novia del Beatle, es más, era su prometida, Clapton tuvo la puntada comiquísima de componerle la rolota: Layla.

Pero, por qué no ponerle Paty? Porque entonces, hubiese sido el colmo... nomás pasó que Harrison rompió con ella y ella terminó a su vez, casada con Clapton y duraron pocos años enamoradísimos, hasta que apareció otra en escena. Pero esa, ya es otra historia.

Segundo caso: STEVIE

Érase una vez que estaba un grupo genial llamado: Fleetwood Mac. La ventaja aquí es que la unión que tenían era simplemente la música, nadie era tan amigo del otro, pero Lindsey Buckingham - Stevie Nicks y John - Christine McVie, eran las parejas del grupo; Mick Fleetwood, cosa interesante, estaba casado con la hermana de Patricia Lloyd (si la mencionada anteriormente... jijijiji!).

Stevie era la vocalista oficial, fue poco a poco posicionándose como pieza clave para el grupo, cosa que a los McVie, sobre todo Christine, fue causa de gran tensión. Se cuenta que Stevie fue cayendo más y más en el horror de las drogas hasta que la cocaína era un adorno indispensable para ella. Pero jamás se negará que es poseedora de una extraordinaria belleza y de eso estaba completamente seguro Lindsey... igual pensaba Mick.

Si la tensión entre giras, drogas, matrimonios fracturados y celos no eran suficientes, Stevie tuvo un amorío con Mick!!!

De ahí en adelante, las disputas del grupo se daban mediante las canciones, por mencionar algunas: Dreams, Tellin' lies, Sara, son dedicadas a ellos mismos; dando así como resultado un tortuoso matrimonio musical con soundtrack incluído, así para saber que reclamo se hacían, basta con escuchar detenidamente las canciones y saber a qué se referían.

Tiempo después, Lindsey y Mick, ahora medio calmados, dieron a la posteridad una de las fotos más representativas del desaparecido grupo: Los dos vestidos listos para ir al altar.

Stevie, por su lado, escribió una de las canciones insignias del movimiento femenino rockero (100% sexual, con olor a pollito puberto y hasta virgen): Edge of seventeen. Posicionándola como ícono de finales de los 70's y principios de los 80's y que sin ella Fleetwood Mac, simplemente no funciona.

Tercer caso: YOKO

No sé si sea realmente necesario exponer este caso... a grandes rasgos, gracias a esta mujer de extrema belleza exótica (¿?) fue la culpable de que Juanito Lennon les dijera gracias y pasen por su globo al resto de los escarabajos, en lo que probablemente sería su fase máxima musical.

Paul, literalmente la odiaba, pero como John era su amiguísimo del alma, tuvo que soportarla y hasta componerle una rola con cierto mensaje subliminal, que ni funcionó.

Y todo para que, en diciembre del 80, Lennon fuera asesinado y diera por perdida toda esperanza de que los Beatles se volvieran a juntar y probablemente hacer algo.


Así que, si después de esto, aún sientes que el apodarte Yoko es un halago... amiga mía, queridísima hermana del alma, entonces eres una vieja destruye bandas.

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