25 de enero de 2009

Lecciones de lástima para novatos


Ahí va otra botella de riquísimo alcohol, prohibido, insoportable, hediondo pero excitante alcohol. Del barato, del corriente, del que arde cuando se traga, cuando se siente caer en el estómago vacío; bueno, sólo alberga las frituras que me tragué literalmente hace media hora, de ésas que anuncian en la mierdosa televisión y que prometen hacer sentir un orgasmo al momento de masticarlas y saborearlas, pero nada como el alcohol.

De momento, miré mi vieja contestadora y su molesto bip que entrecorta los mensajes, aún parece que la gente no se acostumbra a esos cachivaches modernos y la mayoría no deja mensaje, así que después me dejan a mí la friega de preguntar quién chingados llamó, o que demonios quería. Aunque reconocí la antepenúltima, era la que menos quería escuchar; para que me lamento o torturo, mejor me dejo emborrachar nuevamente.

Pasé más de 5 horas dormido desde mi último trago, tengo una perra hambre y ya es de noche; no tengo ni la más remota y estúpida idea de qué hora es, pero por el silencio que reina debe ser de madrugada. La televisión quedó pasmada en esa nueva moda de comerciales donde contratan patiños modernos y ridículos que aplauden y exclaman como idiotas ante ‘inventos’ para hacer a la gente más floja e inútil… más de lo que ya es.

Ya busqué por todo el departamento y ni pizca de comida apta para consumo, ya no importa si humano o de otra índole; mi dinero ha desaparecido o lo he guardado en el mejor escondite que se me pudo ocurrir porque no encuentro ni madres y no pienso volver a pedir fiado, no porque no quiera, sino porque ya me dijeron que ni un mugre chicle me darán hasta que no pague lo que debo; lo haría, si tuviera la más remota idea de cuánto debo.

Hace una semana que me largué de ese cuchitril de cubículo nazi que tenía por espacio de trabajo, irónicamente extraño a la pequeña pirujita de la secretaria del Godínez mierda que tenía por jefe, cuando se me acercaba a hablarme de joterías de feng shui, ¿cómo si yo carajos supiera qué madre es eso? Extraño la jeta del Godínez ojete cuando llegaba tarde, aunque el ojete no tenía ni que decirme, porque el muy ojete ojete llegaba tarde y oliendo a colonia barata y pirata, puede que el Godínez ojete hubiese sido el único que no distinguía su putrefacto aroma a mercado de quinta o décima, de un jabón de baño usado con regularidad. Sé de buena fuente que ese ojete y la pirujilla resbala-nalgas eran clientes frecuentes del hotelucho hediondo y piojoso que está a 10 minutos del trabajo, y confío en mi fuente porque la mentada fuente era yo. Cuando ví el circo que el ojete y la pirujilla montaban al entrar al hotelucho de quinta, cuando regresaba de hacer unos pagos al banco, me escondí tras un árbol, como si yo fuese un investigador de película de ficheras y observé como el Godínez ojete, le agarraba una nalga y con una sonrisa perturbadora le veía las chichis a la pirujilla, saboreándosela antes de tenerla piernas arriba y sin ropa.

Hasta me dio asco, de sólo imaginarme lo que pasaría dentro, quise vomitar, a sabiendas de que me gusta eso del porno crudo, esto rebasaba mis propios límites. Pero aunque el asco me embargara, sabía que tenía en la manga una carta fuerte y con grandes alcances. Así que mi regreso al cuchitril laboral estuvo envuelto de una especie de tragicomedia en la cual al Romeo Godínez se le caían los pantalones al saber que yo sabía de su muy romántica y sexual aventura con la Julieta secre pirujilla, así que debería pensar en mi precio al callar tan trágica y cruel verdad.

La verdad, también me daba lástima la secre pirujilla, pues yo sé de antemano que la secre es una madre soltera, de nalgas fáciles y urgida de dinero; en el fondo, pienso que eso de tener al Godínez ojete embistiéndola con fuerza ruda y babeándole todos sus recovecos, manoseándole cual albañil al póster de la vieja en cueros, no le resultaba tan agradable, pienso que más bien todo lo contrario.

Ahora, entendía de sus vacaciones, de sus días de descanso y de los múltiples retardos de la que era beneficiaria… y si ella los tenía, yo también podía; el Godínez ojete dirá.

Pero yo no contaba con que el destino es crudo e injusto con algunos, esta vez me tocó a mí; mierda y más mierda. En cambio, con el Godínez ojete no fue así, hasta la secre pirujilla tuvo su parte, aunque también fue mala jugada para ella. Ahora tendrá que hacer el oficio de manera más pública y comercial, dudo que con las referencias que ya tiene, encuentre trabajo rápidamente; pero fue enteramente su culpa, eso de cojerse a Godínez no fue a fuerzas y menos repetirlo.

En una semana, he caído muy bajo; tomar alcohol desde que amanece hasta que anochece, no he comido nada saludable desde que el Godínez ojete me despidió, tenía la firme creencia de que odiaba el cuchitril laboral, que me castraban los estúpidos del trabajo, pero los extraño, hasta el hediondo olor del baño extraño. Extraño el salir hasta las altas horas de la madrugada del trabajo, los pedidos extra – extra urgentes del Godínez ojete y sus solicitudes estúpidas de última hora. Extraño al pinche Godínez ojete; incluso Superman extraña a Lex Luthor para seguir teniendo motivación de seguir luchando, el Hombre Araña extraña al Duende Verde o al Dr. Octopus, sin ellos no hubiesen pensado en hacer películas. Todo héroe necesita un némesis.

Botella, ¿quieres ser mi archienemigo? Así esto tendrá algo de irónico y te combato a chupadas, eso ningún superhéroe lo hace, haríamos historia. Seríamos una especie de Dr. Jeckill & Mr. Hyde. Siempre quise ser Mr. Hyde.

Nadie pone en la historia que los chantajes no son buena inversión, no puedo creer que el Godínez ojete y su vieja culo aguado fueran más inteligentes que yo y aún peor, quedar bien ante la sociedad…

Botella, mejor ahórcame, córtame la garganta, total, de aquí al lunes nadie preguntará por mí, mi madre quizás llamé algo intrigada, pero siempre que oye la contestadora, cuelga despavorida antes de dejar un mensaje. El olor a muerto, se hará más fuerte al día siguiente y la vecina llamará a la policía por la pestilencia y así será mi última aparición en público.

Pero eso no es deplorable, ni deprimente. Eso es nada comparado con lo que el Godínez ojete hará. Yo simplemente fui un objeto de avaricia en su trama previamente diseñada y claro, la secre pirujilla ahora desempleada solo fue la incubadora. Eso, eso si es deplorable, deprimente y cruel.

Después de todo, no es tan mala persona, aunque fui el detonador de toda su calamidad; pero no había forma de que yo supiera lo que el Godínez ojete traía entre manos, él y su mujer cuerpo de vaca ranchera. Ni en la televisión pude haber visto, historia más cruel, deprimente y aterradora. Porque de algo si estoy seguro, tengo miedo, miedo de animales como el Godínez ojete, de su mujer cuerpo de vaca, de los Arellano Félix, de Fidel Castro, de Pinochet, de personas como yo que buscan la carroña en la desgracia de los demás… como lo fue con la secre pirujilla, que ahora que lo pienso, es la María Magdalena de esta historia, y yo el Judas que la vendió o más bien, que le trajo la desgracia a su vida; el colmo sería que el Godínez ojete fuera Jesús, aunque eso explicaría porque el mundo esta como está. Así mi desgracia tomó dimensiones bíblicas y eso ya me deprimió. El Godínez ojete no merece tanta distinción.

Pero mi avaricia, mi carroña y mi baja complacencia son lo que realmente me motivan seriamente a darme mi último minuto de vida. Y el modo menos elegante y valiente de irme es dejando una carta cobarde donde ponga que me suicido por voluntad propia, porque me lo merezco y porque le desgracié la vida a una secre pirujilla que en el fondo no es tan mala y que lo hizo por amor maternal; carajo, eso me hace aún más miserable.

Botella amiga, sería mejor que te partieras por la mitad y que una de esas mitades se encajará en la garganta godinezojetesca y le dieras muerte a ese infeliz y la otra mitad fuera directamente al culo de su mujer y la desangraras hasta que ya no tuviera vida. Ya no siento culpa de desearle la muerte a ese par de miserables; pero no me salva de mi propia lástima, eso es caer al abismo. Cuando alguien llega a sentir lástima de sí mismo, ya esta muerto.

Hasta hace una semana, pude recordar el nombre de la secre: Paloma. Lamento lo que pasó, hemosa Paloma, me he cagado sobre tu cabeza, tu cuerpo limpio de culpa, tú que solo actuaste por amor de madre, yo por miserable, por comodidad, porque no tenía nada que perder. Ahora no tengo nada, ni la más ínfima posibilidad de ser un insecto o larva en este mundo. Te deseo que tengas la fuerza para salir adelante y con justa razón, te vengues de ese par de miserables insectos. Yo te apoyo, pero ya no tengo fuerzas ni para respirar porque hasta el oxígeno me mata, no lo merezco, no merezco ni la luz del sol que se cuela por la cortina.

¿Cuánto debo tomar para quedar sin vida? O mejor aún, debo morir de hambre, de sed, de pena, de lástima; huelo a orines rancios, a culpa innegable, a estiércol, arrogancia y soberbia. Huelo a Godínez ojete, al honorable Godínez ojete.

Ojalá viniera Paloma, toda inocente, toda pena, toda enojo, ira y rencor, me encañonara y diera por fin muerte a mi existencia penosa. Pero ya no debe ser el destino más cruel con ella.

¿Que será ahora de ella? Que será ahora de ella después de que yo fui directamente a la farmacia más cercana, compré una cámara fotográfica desechable y les tomé fotos después de su visita al hotelucho, fotos en las cuales se distingue su cara de rabia, asco, dolor y pena. De sentir su cuerpo manoseado por ese marrano y regresar al cuchitril laboral como si nada. Después de que como un maldito hijo de puta, corrí hasta la oficina del Godínez ojete y le aventara a la cara las fotos y le exigiera un precio a mi silencio, beneficios extra y una que otra bonificación por la información que había recabado en esos momentos.

¿Cuál sería la cara de Paloma, después de enterarme que le había ahorrado el trabajo sucio y de pagarle a un muerto de hambre para que sacara pruebas de que ella no podía ser una madre responsable y que ante un tribunal de lo familiar le quitara la patria potestad, dejando indefensa a su hija y claro, con lo bastardo que es el padre, por unos cuantos centavos, el bastardo le cedería la tutela de la nena? ¿Qué cara tendría yo al enterarme del nombre de la nena? Carola… a la que hasta ese momento, le desgracié la existencia.

Lo que pasó después, lo que posiblemente pasará con esa nena en las manos y tutela del Godínez ojete y su inmunda esposa, son fundamento más que necesario para negarme todo tipo de enmienda y compasión; aún ahí parado ante tal mierda de humano, con mis ojos desorbitados por todo eso que mis oídos captaban, por las imágenes que pasaban ante mis ojos… Carola y Paloma son unas santas, ¿Qué demonios hice?

Ningún Dios griego, romano, antiguo, moderno, efímero, crucificado; incluso el Diablo, podrían alegar algo en mi favor; crucé esa línea entre mi avaricia, soberbia y humanidad, al vender para mi beneficio la dignidad y lo más preciado de Paloma. Peor aún, he vendido el alma de Carola a tales buitres malditos, un futuro mutilado y su alma, su gran inocencia. Tal vez, una bala o un filo portentoso sean mucho para mí… ah! Una botella atravesada en plena garganta; pero será una del alcohol más hediondo y barato que pudiese hallar.

Soy tan inmundo que ni un pinche intento por acabar con esto se ha cumplido… ya me repetí hasta el cansancio que no valgo ni madres, que soy peor que mierda, pero no tan mierda como ese Godínez ojete hediondo, inmundo, hijo de puta.

Paloma… sólo de pronunciar y pensar su nombre me hace más vil, no puedo ni respirar, mi autocomplacencia es enferma que repetir el mismo discurso otra vez me da náuseas. Y nada que pueda hacer para reparar un poco del daño que he provocado.

Carola… pobre Carola, maldito sea yo…

Y sólo tú, botella infame, eres lo único que tengo ahora en este mundo, lo único que merezco, la muerte a estas alturas incluso se da el lujo de despreciarme.

2 buzón de quejas:

Anónimo dijo...

vaya broncas en las que te metes!!...me gusto mas el relato de Igor, ese es otro tipo de broncass, besitosss!!

...Z...

Malayerba Dárgelos dijo...

mi adorable y siempre mal ponderado Z:

sólo dejo divagar mi mente... pero como siempre muy apreciable comentario...

visita más seguido!!!

besos opscenos