8 de noviembre de 2009

Otoño, Noviembre y 101.


Tenía en mente otro post retrospectivo... aún lo tengo, odio caer en el cliché; odio la palabra cliché por sí misma.

Hace unos días, me acordé muchísimo de un viejo amigo del cual aprendí cosas muy locas, al que por cierto extraño y en ese lapso recordé una frase suya (creo que es suya) que encierra un gran significado para mí:

"Aprender a calmar mis mares"

Poeta, actor y loco, por eso es especial. Cuando hicé mi primer viaje de búsqueda espiritual, entendí lo que alguna vez me dijo en confidencia: que la playa es el mejor ejemplo del amor, del dolor y del desapego.

Era un día de otoño... Otoño es mi época favorita del año, cada año la espero con tremenda ilusión. Aún no sé la razón, como Noviembre suele ser mi mes favorito y por algún motivo, el día 13 es el día en mi calendario.

Una vez traté de explicarlo y no pude; me hubiese frustado pero en la vida hay miles de cosas que no pueden explicarse, eso no significa que no existan o sean reales; es el asunto de la Fe.

El amor es una cuestión de Fe, al igual que la muerte y el infierno.

Algún día, recuperaré la Fe en asuntos que hoy no tienen significado para mí. Ya empecé a trabajar en ello; el otro día pensé que serían un buen negocio las Oceánicas para adictos a la renuencia (de cualquier cosa).

Había olvidado el enorme gusto que me causa caminar bajo los árboles marrones y malvas de estos días; sintiendo el viento rozando mi cabello y sintiendo la gélida venida del invierno.

Volví a tener ese sueño (hace años que se repite casualmente) , viéndome sentada en una banca mirando un bosque recién mojado, con los árboles mostrando ese verde único despúes de la lluvia, con el eterno olor a tierra húmeda; en el siguiente cameo (por llamarlo de algún modo), me veo caminando sobre una vereda revestida por hojas que acaban de caer y el crujido de mis pasos armonizan con el viento soplando entre los árboles.

Debe tener algún significado, al menos para mí.

Para el próximo año, ya tengo un propósito, igual y es el único que tenga pero, despúes de mis días negros, otro recuerdo revivió.

Cuando era niña e iba a visitar a mi familia en provincia, tenía un pasatiempo: me salía a caminar por el campo y perderme por horas, algunas veces incluso salían a buscarme; lo que hacía era caminar y caminar entre las veredas que se formaban entre los campos de maíz o en el camino, luego buscaba un lugar peculiar, donde la hierba estuviera verde y me acostaba a mirar las nubes; me hipnotizaba cómo el viento las llevaba al horizonte, mientras silbaba en mi oído y podía pasar horas haciendolo... quiero volver a caminar por veredas en el campo y tirarme en la hierba a ver la danza de esas nubes.

¿Por qué al crecer perdemos a ese niño interior? Perdemos esa visión del mundo, olvidamos que existen cosas buenas; ojalá la radio no estuviera invadida por los noticieros, odio los noticieros, me deprimen... cuando creces, el mundo se convierte en una mierda.

Extraño la radio musical... la música es mi vehículo (por si no se notaba), todo para mí tiene música... amo la música... de niña, de adolescente, ahora, en el camino, sentada en una banca, leyendo, trabajando, en la cama, sola, acompañada.

El 101 tiene música, la música de ese sueño del 13 de Noviembre, en Otoño; hilado a lo único que nos mantiene vivos: la Fe en el cambio... y nos mantiene en movimiento.



1 buzón de quejas:

Kyuuketsuki dijo...

Mi época favorita es el invierno... y yo también extraño la radio musical. Rock 101: puro, total y absoluto rock and roll. Radioactivo 98.5: fuck everyone else! Y podríamos seguir así...