Puso mi mano en su vientre y pateó; con tanta fuerza que me asusté.
Ya no aguanto las ganas de tener aquí a Emiliano (suponemos que es bebo) o a Valentina (si sale con sorpresita) y decirle que a pesar de todo, nos trae esperanza de mejores tiempos; aunque el mundo que le toca no es el que hubierámos querido (y perdón por eso).
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