23 de abril de 2010

Dejarme ir...



-¿De qué depende?


Curiosamente me preguntaron... 3 veces escuché la pregunta; de distintas personas, pero con una misma connotación.

Me llamó la atención que me lo preguntaran justamente a mí; hecho que me halagó, por un momento. Después, me dí cuenta que, más allá del simple hecho de pedir alguna opinión o escuchar lo que tenía que decir al respecto, lo que mencionara iría más allá de una simple plática entre amigos.

Era como escudriñar en un terreno que implica más que 'romper el hielo'. No sólo era el terreno sexual, al menos mi respuesta no se quedaba en eso.

Esto viene al caso, porque hace unas noches, algo cambió. La pregunta fue una antesala que por azares del destino, se me debía plantear.

¿Es posible soñar una emoción? No hablo de sólo soñar, sino del hecho de vivir plenamente un sentimiento que racionalmente, va más allá del sueño. Yo pensaba que no, por el simple hecho de que creía en el cuento de que si te pellizcas y no te duele... era un sueño.

-¿De qué depende qué?
-Que tu pareja tenga un orgasmo contigo, ¿Sólo con tocar? ¿Importa el tamaño? ¿Desde el principio debo atacar el terreno y emplear mis métodos hasta conseguir que lo sienta?
-No... es un todo. No sólo depende de tocar fuerte o suave, de acariciar hasta que se desgaste la piel o durar horas; es un todo.

Es un todo: la química con la pareja, sentirte cómodo con esa persona, las miradas, las caricias, lo que no se dice, lo que se ignora; no es sólo emplear boca, manos y genitales, no es sólo coito, no sólo es amor; incluso se puede prescindir de cualquiera y aún así, es un todo.

No sé si mi respuesta les convenció, pero estoy convencida de eso, completamente. El sueño vino después; fue uno de esos sueños de los que no quieres despertar y sabes que no quieres despertar y luchas por no hacerlo; aprietas lo ojos para no dejar entrar ningún rayo de luz y te aferras a no dejar ir ese mundo.

Pero en algún momento, tuve que despertar y dejar ir ese momento, esa sensación de plenitud; me prometí hacer lo posible por no dejar morir ese recuerdo onírico que no sabes hasta qué punto fue real.

Y me pregunté si no quería luchar por un sentimiento que duró un instante, lo hiciera por el resto de mi vida; aunque viniese de un sueño. Al responderme afirmativamente, me sentí absurdamente cursi por sentirme 'dueña del mundo' y me dio miedo por enfrentarme a algo desconocido, porque eso es lo que es para mí... algo desconocido pero poderoso, hermoso.

Ni siquiera sé como explicarlo para darles una mejor idea, como lo pregunté alguna vez: ¿Cómo explicas un sueño sin que al hacerlo, deje de serlo?

Tengo que ser realista, sé que hay cosas que deben terminar, debo dejarlas ir... no se puede meter algo donde no hay espacio, por decirlo de algún modo. En el fondo, sabía que en algún momento lo tenía que decidir y lo tendría que hacer; y no quería que ese momento llegara, porque me encontraba en una zona de confort tan enferma que no avanzaba, ni para adelante ni para atrás.

Muchas veces (la mayoría), conocemos las respuestas pero tememos al hacer las preguntas o evadimos hacer las correctas; pero sabemos las respuestas contundentemente. Así que me pregunté, no hay peor juez que uno mismo, siempre lo he dicho: no engañarás a nadie tanto como lo hagas contigo mismo; el único que conoce tus faltas y puede reclamar tus culpas está en el espejo... y torturas de ese estilo.

Aún creo que soy una inmadura testaruda, lo malo es que luego me llegan chispazos que me mueven el piso y desearía ser más idiota para pasarlos por alto, pero no soy así. No después de todo lo que he experimentado hasta llegar aquí y ahora.

Jamás me hubiese imaginado que un sueño (literal) me cambiara muchas cosas; pero de algún modo, me alienta para ser mejor persona y para dejar fluir lo que tenga que ser... aunque en el fondo sepa que por mucho tiempo, traté de mantener el control, tal vez de forma absurda.

Tal vez mi todo se halló en un roce, en un simple roce onírico...

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