22 de noviembre de 2009

Las mentadas Revoluciones fallidas.



Hace 20 años, en los noticieros aparecían imágenes de un lejano lugar donde una orda de jóvenes tiraban a golpes un muro; esa escena vista por un par de escuincles de 9 años no tenía un significado importante.

10 años después, todo adquirió nuevos tintes. Lo curioso es que a 20 años de distancia, ya es toda una ironía.

Según mi punto de vista, a pesar de todo lo que viene juntoconpegado, pertenezco a una generación afortunada; toda esa generación (del 75 al 85 del siglo pasado, más o menos) hemos vivido sucesos históricos importantes, que (por fuerza) nos han alimentado la existencia y nos han obligado a mirar un futuro siempre incierto.

No sólo vivimos un terremoto que forzó a la sociedad a tomar conciencia y organizarse para apoyar en situaciones críticas: nacieron las A.C. y el valiosísimo y orgulloso Escuadrón de Rescate "Topos" ahora denominado: Brigada de Rescate Topos A.C. Pionero en el mundo y mexicano en esencia.

Vimos cómo un mundo dejaba de partirse en dos con el objetivo de mostrar que lo que nos separaban (hasta la fecha) no eran fronteras, sino modelos económicos caducos; y la computadora se convertía en la compañía perfecta para el humano ávido de afecto por medio de lazos robotizados.

Platicando con una estimada maestra de la universidad, salió a flote el tema de cuando nos pidieron leer Farenheit 451 y de cómo Ray Bradbury relataba el destino solitario y desolado de la humanidad, conectada a aparatos inanimados y tendencias impersonales. Parecía sólo una novela futurista, de mera ciencia ficción... pero no fue así; el destino nos alcanzó.

Eso me vino a la mente cuando salió una escueta reseña del aniversario de la "libertad mundial" televisada (exageraría mi tono sarcástico si le agrego que era con bombo y platillo? espero que no) y resultó ya ser una cruel ironía.

Hace 20 años, "cayó" un muro que incluso era de la vergüenza y blablabla, hoy en día Alemania pelea internamente por reconciliar esa división donde ningún bando quiere ceder; en la frontera norte de México quieren construir otro "muro de la vergüenza", ¿Cuántos muros más queremos construir y rendir tributo?

Al parecer, no nos bastan los muros físicos, fincamos otros más peligrosos y crueles, que no se pueden derrumbar a golpes; esos muros que no se ven ni se tocan pero que existen, que encarcelan demonios internos en todos y cada uno de nosotros, que se alimentan de nuestros miedos y nos empeñamos por reforzar cada que podemos.

Entonces, ¿de qué sirvió que hace 20 años viéramos como una orda de jóvenes tiraran a golpes un muro que les reprimía su libertad a través de la televisión, si ahora tenemos miles de muros a nuestro alrededor y muchos de ellos construídos por nosotros mismos?

Nos empeñamos por exponer las fallas de nuestra sociedad pero no nos atrevemos a analizar nuestras fallas como personas, somos humanos y nos duele ver nuestros defectos, esa es nuestra naturaleza pero debemos aprender a través de nuestros errores.

Se pueden derrumbar miles de muros físicos pero no debemos construir muros a raíz de otros, porque entonces, no tendría caso querer cambiar un mundo que se aferra a no hacerlo, que no se atreve a mirarse sin prejuzgar y sin miedo.

Hablamos de un país lleno de carencias, malos gobiernos y revoluciones fallidas, pero no hemos comprendido que toda Revolución empieza por nosotros mismos; que no estamos dispuestos a sacrificar algo de nosotros por ese cambio y esa "Revolución".

Creo que ya tenemos suficiente de discursos insultantes y circos decadentes, sería humillante volver a tomar las armas y lanzarnos a los golpes porque presumimos de ser letrados y pensantes, nos hace falta una Revolución ideológica efectiva, con propuestas que realmente aporten algo, no sólo frases rococó llenas de palabras extrañas y de difícil comprensión.

Sobre todo, de fomentar ese cambio ideológico e inexistencia de muros en los que verdaderamente harán funcionar esa Revolución: los que vienen detrás.

Sólo así, podremos tener la seguridad de que una Revolución funcione y el mundo pueda cambiar.

Ahora si me preguntan (de nuevo) si hay algo que celebrar, pienso que sí; porque de hoy en adelante mi parte en esta Revolución será precisamente eso: Tomar parte y no sólo dejar que otros cambien el mundo y cambien por mí.

Y que por una vez en nuestra existencia, la historia la escribamos entre todos y ser los vencedores.

4 buzón de quejas:

Kyuuketsuki dijo...

Oh, que buen texto. Sigo pensando también que hay otros muchos muros que tirar, y que si ese fue tan publicitado es porque representó el fin del único sistema económico que le presentó seria resistencia al capitalismo. ¿Y lo demás cuándo caerá?

Malayerba Dárgelos dijo...

Mr. K:

yo tambien lo amo!!!

Malayerba Dárgelos dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Romina T. dijo...

Es la opinión más explícita que he leído en toda mi vida, me encantó este texto. Con respecto a tu perfil, no eres una escritora frustrada eres una verdadera escritora que otros no quieren reconocer